domingo, 1 de junio de 2008

Las Tonterías de los Enamorados

Son muchas veces las pláticas que cualquier día sostengo con alguna persona, las que dan tema para De Algo y Etcétera.

Hablando sobre el amor juvenil y conociendo y habiendo vivido los esfuerzos, sufrimientos, méritos y todo aquello que se hace por conquistar a una persona, comenté que es necesario que ese mal llamado Juventud, lo cure el tiempo para tener la madurez de saber aceptar las decisiones de la pretendida o el pretenso.

Cuántos años tuvieron que pasar para comprender que el amor siempre es cosa de dos y, por lo mismo, es lo mas sencillo del mundo si los dos quieren; un imposible si alguno de los dos no está interesado.

Cuánta madurez se necesita para, en el caso del hombre, aceptar una negativa a nuestra solicitud de relaciones y simplemente decir: “Gracias por tu tiempo. Adiós y buena suerte.

En lugar de eso, cuántas veces de esas negativas, en mi caso particular, salieron las borracheras sentimentales; aquellas que después de algunas copas, enfilaba rumbo al Tenampa por un mariachi o buscaba un trío para que cantaran en la puerta o ventana de la “ingrata” que no correspondía mi amor.

Hermosas y creativas tonterías de enamorado que a través de los siglos y de toda la historia de la Humanidad, han dado pie a grandes poemas, sentidas canciones o relevantes obras de literatura.

Cuánta de la grandiosa creatividad humana no existiría si en algún momento de la vida no se tuviera la inmadurez de no aceptar un rechazo.

Cuánto vino se habría dejado de consumir si no se brindara por las “ingratas”.

Pero, la madurez, el tener mundo, cambia la perspectiva y viene a mi mente una ocasión que hablando con un hombre de mucha experiencia y de gran vida, le comenté como reto puesto que yo traía algunas copas encima: ¿A poco usted nunca ha tomado por una mujer?

La respuesta fue realista y definitiva: “No. Yo el vino me lo tomo con las mujeres, no por las mujeres”

Viendo las cosas fríamente piense que es mejor:

“…Estoy en el rincón de una cantina,

pidiedo la canción que yo pedí;

me están sirivien mi tequila,

ya va mi pensamiento rumbo a ti…”

O estar a la orilla del mar, frente a una botella de buen vino, con la adecuada música de fondo y frente a una bella mujer que está tan feliz como uno porque nos encontramos juntos.

El rechazo duele y lástima el amor propio, pero la dama tiene todo el derecho de escoger con quien quiere andar.

Y, después de todo, la mitad de la Humanidad está compuesta por mujeres y, dejando de lado las que pertenecen a un amigo y por lo mismo son sagradas, hay muchas para consolarnos de un rechazo.

La frase: “Es increíble como alguien puede romper tu corazón, y sin embargo sigues amándole con cada uno de los pedacitos”…anónimo.

El Poema:

Se me fue la muy “endina”

pero no para mi mal;

nunca sobra la que viene

ni falta la que se va.


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