La Decepción del 68

En lo Juegos Olímpicos de 1968, con sede en la Ciudad de México, se pensaba que una de las medallas con mas posibilidades de ser conseguida era la de futbol.

La Selección Olímpica Mexicana, integrada por profesionales y jugando en casa, podía aspirar a la medalla de oro y ese era el sentir general de la gente.

México debutó como integrante del Grupo A, frente a Colombia; ganó por el mínimo marcador: 1-0.

En el siguiente partido Francia goleó a México 4-0; sin embargo, la Selección Nacional logró colarse a la siguiente fase derrotando a Guinea por 4-0.

En el siguiente juego México se enfrento a España, equipo al que ganó por 2-0.

Colocado en semifinales la confianza creció para conseguir una medalla; sin embargo, si la memoria no me traiciona después de ir ganando 2-0 a Bulgaria, México terminó perdiendo por 3-2.

Con ese resultado sólo se podía aspirar a la medalla de bronce que se pensaba en la bolsa la enfrentar a Japón, país sin trayectoria futbolística.

Llegó el partido; el estadio estaba lleno a su máxima capacidad únicamente para ver a una selección que impotente y sin futbol cayó ante Japón por 2-0, quedando fuera del reparto de medallas.

La rechifla y cojiniza en el estadio fue de escándalo. La Selección había decepcionado a los aficionados que se hubieran conformado con la medalla de bronce; sin embargo, un futbol con mas de seis décadas de historia competitiva en ese entonces, no pudo con los nipones que consiguieron un triunfo que les supo a gloria y les valió la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de México 68.