domingo, 27 de julio de 2008

Globo Jul. 28/2008


Fernando Redondo tiene programado para septiembre de este año, un curso de postgrado que le ocupará por algún tiempo. Si a ello aunamos el mes de agosto que en España es de vacaciones generalizadas, es de esperarse que la información de la península disminuya; sin embargo, práctico como es nuestro amigo, contamos con el material suficiente de crónicas españolas, para los meses que vienen.

Continuamos con Fabricio Giammei, quien ha tendido un puente entre Guanajuato y Argentina, enriqueciendo el que tenemos con la prestigiada revista Daphné, del distinguido amigo don Gustavo Soler, quien aparece de una de las gráficas con su esposa.

El conocimiento entre los pueblos engrandece nuestra cultura personal y acerca a la gente por encima de distancias y fronteras para constatar que todos somos iguales, con los mismos derechos y las mismas obligaciones.

A este respecto, recuerdo que desde la primaria los maestros nos hablaban de nuestros derechos, aclarando que todo derecho conlleva una obligación. Cuánta diferencia a nuestro tiempo en que a todo mundo se le habla de sus derechos, pero a nadie se le recuerda de sus obligaciones; de ahí, la actitud prepotente de algunas personas que se sienten con “derecho” a todo.

En la edición de Globo de agosto, publico en Círculo Selecto la fotografía de dos distinguidas damas: la Arq. Samantha Smith de Navarro y la Lic. Adriana Ramírez de Guardado; ambas con la sociabilidad y presentación para hacer acto de presencia en cualquier círculo social sin importar el nivel del mismo. No digo que sean las únicas, sólo comento de su imagen y preparación.

Asimismo hablo sobre mis pininos en el periodismo cuando se efectuaron los XIX Juegos Olímpicos en la Ciudad de México.

La oportunidad de conocer a la grandiosa y bella Natasha Kushinkaya, a quien beso la mano en la fotografía, pero no pierdo oportunidad de admirar su belleza; así como la excelente gimnasta checoslovaca Vera Casvlaska, quien aprovechó los juegos para contraer matrimonio en la Catedral de México.

La fortuna que tuve al estar presente en el triunfo de “El Tibio” Muñoz, quien dio medalla de oro a nuestro país en natación. Imborrable el recuerdo de los colegas centroamericanos que derramando llanto de emoción y de alegría me abrazaban por el triunfo del mexicano.

El impresionante ambiente en el Palacio de los Deportes durante el juego de basquetbol México-Brasil, que perdió nuestra selección; no obstante, escuchar el grito de miles de aficionados acompañando rítmicamente con el golpeteo sobre las duelas de las tribunas, es un recuerdo imborrable.

Estar presente en la Ceremonia de Inauguración y ver a Queta Basilio, como la primera mujer en la historia designada para encender el Pebetero Olímpico.

Esto fue sólo el principio de una labor que me ha dado muchas satisfacciones y oportunidades, aunque nunca me haya dado dinero para hacerme rico.

Pero, continua el camino de la vida, y en él nos encontraremos.



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