Juegos Olímpícos de Beijing, que ya me enteré gracias al Lic. Jacobo Arenas, que dejó de llamarse Pekín, nombre occidentalizado de la ciudad, para tomar su verdadero nombre.
Escojo la transmisión de Azteca para no tener que soportar algunos comentarios con cerebro de “perro” que además, luego, luego, pediría a los mejores futbolistas para el amarillo equipo de sus amores.
Decepción: de aquel gran equipo que cubrió mundiales de futbol y juegos olímpicos con gran capacidad, sólo queda Tachidito.
Algunos reporteros se dedican a criticar a la ciudad anfitriona y uno de ellos hace mención especial del perímetro de seguridad que hay en torno a un estadio donde se reúnen gran número de jefes de estado, situación lógica y responsable para el gobierno anfitrión. Claro que el reportero olvida que en Atenas 2000, hasta las fuerzas de
El escandalazo de la contaminación. Atenas, Seúl, Atlanta, Los Angeles, la ciudad mas contaminada de Estados Unidos, de seguro no tuvieron contaminación o simplemente no son chinos.
Además, hubo el comentario de que China no dio facilidades para la entrada de extranjeros cuando están en su territorio miles de atletas, representantes, reporteros y demás. Sin esa situación ¿cuáles son los requisitos para los latinoamericanos si desean viajar actualmente a Estados Unidos?
Esto, según un comentarista, ocasionó que la mayoría de los asistentes a la inauguración fueran chinos. Qué raro. Quizá yo no me enteré de que la mayoría de los asistentes a la inauguración en Barcelona habrán sido alemanes, en Atlanta, japoneses; en Seúl, argentinos, y en Sidney, coreanos.
He de ser un despistado porque me parece natural que la mayor parte del público en los eventos sea del país sede.
Comienzan las competencias y de entrada nos va mal con la esgrimista Angélica Larios; pero, en arco, Juan René Serrano queda primero en su ronda clasificatoria.
Y, a falta, hasta el momento y por trayectoria histórica de grandes logros para México, muchos cronistas parecen tomar como propios a los norteamericanos poniendo a algunos de ellos a nivel de divinidades, con un corazón y comentario lleno de barras y estrellas.
Ojalá logremos un papel decoroso; lo cual, realmente, carece de importancia porque terminados los juegos escucharemos las frases de siempre en labios de los directivos: nos prepararemos mejor, se cuidará mas el deporte, se invertirá mas en la infraestructura, trabajaremos con los jóvenes, etc.
Lo que siempre escuchamos al final de estos eventos pero, lo importante es que, algunos de esos directivos ya se pasearon y fueron protagonistas.
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