domingo, 24 de agosto de 2008

El Oro y la Trinca Infernal

La historia del equipo tapatío Oro, dio inicio en la temporada 1944/45.

Consiguió algunos subcampeonatos de Liga en 1948, 1954 y 1961, para la temporada 1962/63, conquistó por primera y única vez el Torneo de Liga.

El campeonato, jugado como se juega en los países serios del mundo, otorgaba el título al equipo que mas puntos conseguía a través de las dos vueltas del torneo a visita recíproca.

De ser un equipo del montón, el Oro contrató a tres jugadores extranjeros: “Maravilla” Gamboa, Necco y Juracy: “la Trinca Infernal.

Y el Oro se convirtió en una potencia que además, cortó la racha del Campeonísimo Guadalajara que había ganado el campeonato de Liga de 1959 a 1962.

Correspondió por suerte que el calendario de competencia colocara en el último partido del campeonato a las Chivas frente al Oro.

Los rojiblancos llevaban un punto de ventaja, con lo que les hubiera bastado el empate para ligar su quinta corona consecutiva.

Necco consiguió el gol de los Aureos; las Chivas se lanzaron tras el empate que le daría la corona.

“El Tubo” Gómez, portero de las Chivas, en los últimos minutos del partido abandonó su área, para ir a buscar el remate y, lo consiguió, sólo el “El Piolín” Mota, portero del Oro, en una gran atajada desvió a corner, conservando inviolada su meta y logrando el título de Liga para su equipo.

Lo destacado de esta acción y la victoria conseguida por el Oro, es que además de darle el único Campeonato de Liga en su historia, impidió que las Chivas ligaran siete coronas consecutivas, ya que en las dos temporadas siguientes después de la derrota ante el Oro, conquistaron el título de Liga.

La Trinca Infernal fue determinante para la consecución del titulo; además de la contundencia frente a la portería de Necco y Gamboa, Juracy era un gambetero de primera.

Al respecto hay una anécdota increíble: una ocasión, parece que jugando contra el Necaxa, recibió el balón casi a medio campo, burló a cuanta defensa le salió en el camino y por último quebrar al portero y dirigirse solo, casi caminando, para anotar el gol.

En el último momento algo lo distrajo y a medio metro de la línea de gol, pisó el balón, cayendo Juracy adentro de la portería, mientras el balón regresaba al campo sin haber cruzado la meta.



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