domingo, 4 de enero de 2009

Los Valores nos Orientan

por Fernando Redondo Benito

Comenzamos el año 2009, momento de reflexionar y hacernos preguntas radicales, como las que podemos encontrar en La resistencia, de Ernesto Sábato, desde un tono y espíritu que nos servirá para identificar los puntos problemáticos de esta época de incertidumbres y dudas a la que nos enfrentamos.

Ernesto Sábato cuestiona, en las páginas de La resistencia, muchas opiniones y principios, muchas cuestiones, sobre la situación actual de la Humanidad, desde unas palabras y letras comprometidas, que conforman pasajes realistas, cargados de verdades como la sabiduría que se acerca a nosotros y nos arropa con sencillez. Un libro que nos muestra la verdadera sabiduría, la única verdadera, que nace, como la cultura, “de las entrañas de la vida en creación y movimiento”.

Dice Sábato que

Hay momentos decisivos en la vida de los pueblos como en la de los hombres. Hoy estamos atravesando uno de ellos con todos los peligros que acarrean; pero toda desgracia tiene su fruto si el hombre es capaz de soportar el infortunio con grandeza, sin claudicar a sus valores.

Como en la vida de los hombres, las culturas atraviesan períodos fecundos donde los momentos de dolor y de alegría se alternan bajo el mismo cielo; los pueblos siguen el acontecer de la vida con una mirada que les viene de generaciones e incorporan los cambios a un sentido que los trasciende.


Éste no es uno de esos momentos, por el contrario, es un tiempo angustioso y decisivo, como lo fue el pasaje de los días imperiales de Roma al feudalismo, o de la Edad Media al capitalismo. Pero me atrevería a decir que es más grave porque es absoluto, ya que la vida misma del planeta está en juego.”

Fragmento que resume, como el libro en su totalidad, un modo de existir, un modo de sentir y pensar, de hablar, de soñar; en ese sentido sabemos, como también expresa Sábato, que “hay algo que no falla y es la convicción de que – únicamente – los valores del espíritu nos pueden salvar de este terremoto que amenaza la condición humana”, siendo urgentemente necesario que volvamos “a tener fe en el hombre, [desde] la convicción de que podremos vencer la resignación que nos envilece como a cobardes.”.

Comencemos este año apoyándonos en la esperanza de que los hombres, en estos momentos cruciales, vamos a encarnar los valores trascendentales, universales y humanistas, con la seguridad de sentirnos orientados por los valores, que presidirán las grandes decisiones, que afianzarán las grandes oportunidades.

Decía Pessoa que “la luna se refleja en el mar, en los grandes estanques y en los pequeños charcos porque se sitúa alta, si no, no podría guiarnos”. Consigamos que nuestros valores se posicionen a la misma altura que la luna, convirtamos los mismos en estrellas altamente posicionadas, para que nos guíen, para que en cada momento nos sintamos guiados por estos valores.

Para ello debemos fomentar el conocimiento de otras culturas y otros hombres, para otorgar más visiones, para conseguir las perspectivas necesarias que nos ayuden a sumar nuevas y múltiples miradas, desde otros lugares, agregando otras dimensiones y otras salidas a la vida, desde la responsabilidad de ser hombres.

Es una hora decisiva para toda la tierra, para toda la Humanidad, desde el necesario compromiso de nuestra generación para el destino. Los valores nos orientan, ahora es nuestra responsabilidad histórica.


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