domingo, 4 de enero de 2009

El Comandante de la Nave Polus


El Comandante de la Nave Polus, ciencia ficción de Valentina Zuravleva, narra el sacrificio del capitán de la espacionave para que su tripulación logre regresar a la Tierra.

Abandonado en un planeta helado, sabe que se mandará una expedición de rescate; sin embargo, no alcanzará el tiempo para que logren encontrarlo con vida.

Llegan los rescatistas; encuentran cuadros de pintura puesto que el capitán era también pintor; con ellos una nota: “Adelante; a través de lo Imposible”

Nosotros, subidos en la nave de nuestros tiempos con sus decisiones y sus consecuencias, nos vemos en un espacio que pintan aterrador y negro; además, si nos enteramos por medio de los telenoticieros alarmistas, encontramos un panorama de violencia y muerte, tan cultivado que, en ocasiones, si no hay muerto, se refríe la noticia del deceso anterior para no perder la costumbre.

No cambiarán; es su estilo actual y por costumbre, prestigio de sus conductores o falta de decisión para cambiar a otros noticieros, seguimos viendo muerte, violencia, deshonestidad y toda noticia que resulta interesante para un sector particular de televidentes.

Entre las opciones positivas está el noticiero del Canal 11 del Politécnico. Si la desgracia o violencia, es noticia: se trasmite, pero no se regodean en ella; el noticiero incluye cultura, arte, ciencia y todo aquello que habla de lo positivo del ser humano.

La decisión está en nuestro dedo; no se trata de ignorar lo malo que sucede; simplemente de darle el lugar que merece.

Recuerdo a don Fernando Marcos quien me decía: “el público mas difícil que existe es el de la televisión. Basta mover un botón para desaparecer un canal.

También recuerdo a un amigo de la infancia que se dedicó al comercio y lo ejerce en León. Me comentó que cuando vino la crisis en el periodo de Ernesto Zedillo y su negocio como muchos otros se vio afectado y casi en la bancarrota, se reunía con otros negociantes para hablar de los problemas. Un día pensó: “Nada gano con lamentarme de la situación y, en lugar de platicar trabajó con mas ahínco y logró salir adelante.

Dejamos el puerto y comenzamos a navegar en el barco del 2009.

Cada uno somos el capitán de nuestro propio navío. Cada uno puede escoger entre asustarse y lamentarse, o decidir hacer lo posible para seguir adelante.

En los muchos intercambios de buenos deseos con motivo de Navidad y Año Nuevo, sólo encontré a un emisario del desastre.

Cuando comenzó a decir que nos esperaba un año terrible, le dije que con malos o buenos augurios al principio de año, existe un solo camino: trabajar con empeño, calidad y confianza. Lo demás, sale sobrando.

El Poema: A un Actor. de Antonio Plaza, fragmento:

¡Prosigue! Si espinas te da el escenario,

recuerda la historia sublime de Dios,

para ir a la Gloria, se sube al Calvario,

jamás ha vencido quien nunca luchó.

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