Abrazos y buenos deseos son comunes en esta temporada entre el círculo de personas que nos rodea.
Dependiendo del grado de efusividad son los mencionados abrazos y los apretones de manos; pero siempre, con los sinceros deseos que se expresan en pocas palabras que salen desde el fondo el alma.
La llegada del Niño Dios siembra el amor en el mundo; cuando menos entre las personas cuyos intereses no abarcan agresiones a otros grupos o naciones.
Entre la gente común, la gente buena, se intercambian deseos de salud, tranquilidad, prosperidad y paz, entre los mas mencionados.
Nochebuena seguida desde las cero horas de
En algún periodo de mi vida me tocó recibir muchos regalos, también dar muchos regalos; recibir y repartir muchos abrazos, por relaciones públicas, por conveniencia, por interés o por solidaridad de grupo; ninguno de ellos se comparan a los que tengo oportunidad de entregar ahora, los que salen del corazón y se entregan en unas palabras llenas de sinceridad.
Tengo mucho menos en lo material; no obstante, poseo la riqueza emocional de poder tener la libertad de mostrar sin sentimientos sin cortapisas, sin conveniencias, sin intereses, sin compromisos.
El único compromiso que me ata en estas fechas es mi propia verdad.
Llega
Ese simple hecho es motivo para considerarnos afortunados, sin que por ello dejemos de tener en “un rincón del alma”, el recuerdo doloroso de los seres que se nos han adelantado.
Dios nos ha dado la oportunidad de vivir una Navidad mas en nuestras vidas; no la desperdiciemos amargando la noche con lo que no tiene remedio; menos aún con perder su goce sumergidos en las brumas del alcohol.
Gocemos nuestra Navidad como el Regalo Divino que se nos otorga la noche del 24 de Diciembre, con
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