Cerrado, dramático, disputado yarda a yarda, jugada a jugada. Todos los hombres que saltaron al emparrillado entraron decididos a dar lo mejor de sí mismos. A entregarse en cada jugada poniendo el corazón y el orgullo por delante en pos de la victoria.
Ninguno de ellos se dejó caer para ver si le marcaban una falta; ninguno trato de engañar a los jueces. Ganan millonadas pero las desquitan en cada paso que dan dentro del campo. De lo que podrían aprender tantos jugadores de futbol, como “El Loco” Abreu, quien en lugar de buscar el gol que al marcar el empate hubiera sostenido a Dorados en la primera división, mejor se dejó caer para ver si le marcan un penal. Y como él, hay muchos otros.
Amplios favoritos los Patriotas de Nueva Inglaterra; los Gigantes, equipo comodín que debió jugar todos sus partidos de visitante.
Para los Patriotas salir con la victoria significaba terminar la temporada con marca perfecta: todos los juegos jugados: ganados.
Para los Gigantes era mostrar que no hay enemigo pequeño y que, con todo en contra, en la cancha serían dos equipos en busca del triunfo.
Y ganaron los Gigantes; dramáticamente, cuando todo parecía perdido al haber anotado los Patriotas 7 puntos que los ponían adelante 14-10; inalcanzables con un gol de campo y faltando 2 minutos 42 segundos en el reloj.
Los Gigantes comenzaron su ofensiva. Las diagonales se veían a una enorme distancia y, además, se fallaban algunas de las jugadas. Todo parecía perdido cuando Eli Manning, recibió un centro y mientras buscaba receptor le cayeron encima tres Patriotas. Escapó de su captores y todavía el destino tenía marcada la jugada que daría la victoria a los Gigantes.
Manning lanzó un pase, difícil de atrapar por la cobertura y la presión que tenía encima. David Tyree, con el alma y la fortuna de su parte, capturó el ovoide entre mano y casco para permitir continuar el avance de los Gigantes.
Después, un pase de Manning, completado por Plaxico Burress, dio la ventaja final para conquistar el XLII Super Bowl.
LA FRASE. “La Esperanza es lo último que se pierde”
Ninguno de ellos se dejó caer para ver si le marcaban una falta; ninguno trato de engañar a los jueces. Ganan millonadas pero las desquitan en cada paso que dan dentro del campo. De lo que podrían aprender tantos jugadores de futbol, como “El Loco” Abreu, quien en lugar de buscar el gol que al marcar el empate hubiera sostenido a Dorados en la primera división, mejor se dejó caer para ver si le marcan un penal. Y como él, hay muchos otros.
Amplios favoritos los Patriotas de Nueva Inglaterra; los Gigantes, equipo comodín que debió jugar todos sus partidos de visitante.
Para los Patriotas salir con la victoria significaba terminar la temporada con marca perfecta: todos los juegos jugados: ganados.
Para los Gigantes era mostrar que no hay enemigo pequeño y que, con todo en contra, en la cancha serían dos equipos en busca del triunfo.
Y ganaron los Gigantes; dramáticamente, cuando todo parecía perdido al haber anotado los Patriotas 7 puntos que los ponían adelante 14-10; inalcanzables con un gol de campo y faltando 2 minutos 42 segundos en el reloj.
Los Gigantes comenzaron su ofensiva. Las diagonales se veían a una enorme distancia y, además, se fallaban algunas de las jugadas. Todo parecía perdido cuando Eli Manning, recibió un centro y mientras buscaba receptor le cayeron encima tres Patriotas. Escapó de su captores y todavía el destino tenía marcada la jugada que daría la victoria a los Gigantes.
Manning lanzó un pase, difícil de atrapar por la cobertura y la presión que tenía encima. David Tyree, con el alma y la fortuna de su parte, capturó el ovoide entre mano y casco para permitir continuar el avance de los Gigantes.
Después, un pase de Manning, completado por Plaxico Burress, dio la ventaja final para conquistar el XLII Super Bowl.
LA FRASE. “La Esperanza es lo último que se pierde”
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