domingo, 19 de agosto de 2007

GLOBO Ags. 07/3



Llegamos a la tercera edición de nuestro blog: como siempre, nuestro intento es hacer la mejor labor posible para nuestros lectores y, por lo mismo, se realizan los naturales ajustes en el deseo de optimizar este espacio
En el mes de septiembre tendremos una portada de acuerdo al Mes Patrio y, dentro de la Fiesta Nacional de la Charrería la Lic. Alma Bustos incursiona en la escaramuza, donde ya tuvo su primera actuación. Será muy interesante platicar con ella en breve.
Paseando por Guanajuato Capital, saludamos a dos bellas leonesas: Mónica y Karla, a quienes enviamos un afectuoso saludo y la invitación para que continúen en contacto con nosotros mediante el correo electrónico.
Nos sorprendió gratamente Clarissa Abascal Arrache, a quien teníamos tiempo de no saludar, y que en las fotos que nos facilitó Fernanda Gutiérrez Meave, se me ve muy guapa, algo que colaboramos en la coronación de Rocío I, reina del Club Leones de Marfil.
El concepto que nos formamos de la Lic. Fabiola Johnson La Rue, directora del Centro Histórico y Cultural de San Juan del Río, se fortaleció con la acertada y eficiente labor durante las fiestas de aquella ciudad. Desde aquí nuestro saludo a tan distinguida dama.
Con el inicio de semestre hemos reducido el contacto con nuestra colaboradora del mismo lugar: Nayrud García Montes, que se reiniciará en toda su extensión para las próximas semanas.
Reiteramos nuestro deseo de éxito para la presidencia del Club de Leones de Guanajuato, que presiden Eduardo Rodríguez y su distinguida esposa Karen.
Hasta España, a Castilla-La Mancha, un saludo y la felicitación a don Fernando Redondo Benito, por la información de lo que acontece en la región.
Globo siempre ha pugnado por el conocimiento de los pueblos, directamente por su habitantes, con los que muchas ocasiones surge una amistad que además de trascender fronteras salva distancias con el apoyo de la actual tecnología.
A futuro contaré la armonía y cordialidad que vi entre los atletas norteamericanos y de la entonces Unión Soviética, en la Villa Olímpica de los juegos realizados en México en 1968.
Era la época de la Guerra Fría; de la mutua amenaza de una destrucción nuclear y, sin embargo, los representantes de la juventud de ambos países, convivían amistosamente como rivales deportivos, pero como seres humanos similares en sus sueños y anhelos.

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