La inmensa mayoría de los mexicanos pertenecemos a la religión católica, apostólica y muy particular, ya que cada quien tiene, dentro de los parámetros que marca la propia religión, una manera muy personal de interpretar y aplicar dichos parámetros.
A ello, es necesario aunar que para millones de trabajadores la Semana Santa son los únicos días continuos de vacaciones de los que puede disponer para salir de su lugar de residencia y convivir con toda la familia.
Lo uno no se predispone contra lo otro; sencillamente se acomoda y se aprovecha esta temporada para romper la tensión y la rutina de todo un año.
Entonces, quien tiene posibilidades y aun los que no las tienen pero se las allegan como pueden, salen fuera no obstante las muy importantes fechas religiosas que se dan en estos días.
Además de que las épocas cambian y no existe ni se acepta el rigor religioso de otros tiempos, también dentro de las vacaciones se puede disponer de un tiempo, y muchos lo disponen, para cumplir con los rituales de la religión; si bien no al pie de la letra, muchos son los turistas que en particular el Jueves y Viernes Santo, van al templo en el lugar donde están vacacionando.
Quizá sean los menos los que cumplen con La Visita de las Siete Casas, en un lugar que no conocen y por lo tanto no ubican los templos; pero se visita la Casa de Dios.
El viernes hay un espacio para darle el pésame a la Virgen, todo ello dentro de las vacaciones, por lo regular familiares de esta semana.
No faltará quien se rasgue las vestiduras pero también hay que recordar que hasta los Papas, se dan sus vacaciones y ellos en un castillo que cuenta con todas las comodidades y servidumbre, el Palacio de Castelgandolfo.
Desde luego, ellos no van a tomar la Semana Santa para vacacionar porque pueden hacerlo cuando mejor les parezca.
Para concluir: tomar vacaciones en Semana Santa no es falta de religiosidad, si no mas bien falta de otra oportunidad en el año.
LA FRASE: “Cuando se te presente una ventana de oportunidad, no bajes las cortinas” Tom Peters.
A ello, es necesario aunar que para millones de trabajadores la Semana Santa son los únicos días continuos de vacaciones de los que puede disponer para salir de su lugar de residencia y convivir con toda la familia.
Lo uno no se predispone contra lo otro; sencillamente se acomoda y se aprovecha esta temporada para romper la tensión y la rutina de todo un año.
Entonces, quien tiene posibilidades y aun los que no las tienen pero se las allegan como pueden, salen fuera no obstante las muy importantes fechas religiosas que se dan en estos días.
Además de que las épocas cambian y no existe ni se acepta el rigor religioso de otros tiempos, también dentro de las vacaciones se puede disponer de un tiempo, y muchos lo disponen, para cumplir con los rituales de la religión; si bien no al pie de la letra, muchos son los turistas que en particular el Jueves y Viernes Santo, van al templo en el lugar donde están vacacionando.
Quizá sean los menos los que cumplen con La Visita de las Siete Casas, en un lugar que no conocen y por lo tanto no ubican los templos; pero se visita la Casa de Dios.
El viernes hay un espacio para darle el pésame a la Virgen, todo ello dentro de las vacaciones, por lo regular familiares de esta semana.
No faltará quien se rasgue las vestiduras pero también hay que recordar que hasta los Papas, se dan sus vacaciones y ellos en un castillo que cuenta con todas las comodidades y servidumbre, el Palacio de Castelgandolfo.
Desde luego, ellos no van a tomar la Semana Santa para vacacionar porque pueden hacerlo cuando mejor les parezca.
Para concluir: tomar vacaciones en Semana Santa no es falta de religiosidad, si no mas bien falta de otra oportunidad en el año.
LA FRASE: “Cuando se te presente una ventana de oportunidad, no bajes las cortinas” Tom Peters.
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