A poco más de seis meses de haber recibido el Premio Cervantes, el más importante concedido a un escritor de lengua española, el poeta Antonio Gamoneda participó como conferencista magistral en la XVIII Edición del Coloquio Cervantino Internacional, realizado del 5 al 10 de octubre de 2007, en coincidencia con el XX Aniversario del Museo Iconográfico del Quijote.
Residente desde los 3 años en la ciudad de León, España, Antonio Gamoneda nació en 1931 en Oviedo, viviendo su infancia en el principal barrio obrero y ferroviario de aquella ciudad; donde la zona fue un observatorio singular de la represión llevada a cabo por los nacionales durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra, lo cual, según su propio testimonio, dejó una honda huella en su memoria.
Los primeros contactos de Gamoneda con la poesía se remontan a 1936, época de la que conserva la siguiente estampa: “Las escuelas estaban cerradas y yo quería aprender a leer y en mi casa de León no había más que un libro y era de poesía. Entonces fui descubriendo los símbolos, los fonemas, las palabras, la escritura y simultáneamente estaba descubriendo los valores rítmicos, plásticos de la realidad poética. La poesía me buscó a mí”.
Gamoneda comenzó a recibir instrucción gratuita en un colegio religioso, hasta los 12 años, y tras un brevísimo y limitado aprendizaje académico, trabajó como recadero de una oficina bancaria de 1945 a 1969 mientras ocurría una progresiva toma de conciencia, amargada por la desaparición física de muchos de sus amigos vinculados a la resistencia antifranquista.
En ese duro pero prolífico período, ubican sus estudiosos el surgimiento de sus primeros libros de poemas: La tierra y los labios (1947-1953); Sublevación inmóvil (1953-1959) publicado en 1960; Exentos I (1959-1960); Blues castellano (1961-1966), obra no publicada por motivos de censura hasta 1982 y Exentos II (Pasión de la mirada) (1963-1970), publicada en 1979.
A esa primera etapa siguió un silencio poético de 8 años, marcados por la muerte del dictador Francisco Franco, tras la que apareció Descripción de la mentira (1977), largo poema que marca un giro hacia su total madurez poética, entregando posteriormente Lápidas (1987) y Edad, volumen que recoge toda su poesía hasta 1987, y que le valió el Premio Nacional de Literatura de su país. Arden las pérdidas (2003) culmina su madurez y el afianzamiento de su visión desencantada, habiendo publicado recientemente Cecilia (2004) y Esta luz: poesía reunida (1947-2004).
En 2006 recibió el Premio Reina Sofía y meses después el Premio Cervantes, de manos del rey Juan Carlos I. El Ayuntamiento de León anunció que entregará a Gamoneda el nombramiento de “Hijo adoptivo de la ciudad” en una ceremonia que se celebrará el 22 de enero de 2008, y la Diputación de León le concederá la Medalla de Oro de la Provincia el Día de la Constitución.
Resulta llamativo señalar que Antonio Gamoneda es el primer receptor del Premio Cervantes que participa, ya con esa calidad, en alguna de las ediciones de los Coloquios Cervantinos, pues tanto el mexicano Sergio Pitol como el español José Hierro, también merecedores del “Nobel de la lengua española”, participaron en la cita guanajuatense precisamente el año en que respectivamente lo recibirían, meses antes de ser notificados. Hierro participó en los coloquios I (1987) y X (1998), en tanto que Pitol asistió a la XVI edición (2006).
En circunstancias diferentes, otros dos merecedores del Premio Cervantes —el argentino Ernesto Sabato y el mexicano Carlos Fuentes, ganadores en 1984 y 1987— han participado en los coloquios guanajuatenses, el primero en la décima edición, mediante una ponencia leída en su nombre al no haber podido viajar desde Buenos Aires por razones de salud, y Carlos Fuentes al serle atribuida en el XII Coloquio (2000) la Presea Cervantina, recibida en su nombre por Eulalio Ferrer.
En el XVIII Coloquio Cervantino Internacional, el poeta Antonio Gamoneda dictó la conferencia magistral “La pobreza y la obra de Cervantes” en el Teatro Juárez, justamente el día en que se celebró el XX Aniversario del Museo Iconográfico del Quijote.
Residente desde los 3 años en la ciudad de León, España, Antonio Gamoneda nació en 1931 en Oviedo, viviendo su infancia en el principal barrio obrero y ferroviario de aquella ciudad; donde la zona fue un observatorio singular de la represión llevada a cabo por los nacionales durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra, lo cual, según su propio testimonio, dejó una honda huella en su memoria.
Los primeros contactos de Gamoneda con la poesía se remontan a 1936, época de la que conserva la siguiente estampa: “Las escuelas estaban cerradas y yo quería aprender a leer y en mi casa de León no había más que un libro y era de poesía. Entonces fui descubriendo los símbolos, los fonemas, las palabras, la escritura y simultáneamente estaba descubriendo los valores rítmicos, plásticos de la realidad poética. La poesía me buscó a mí”.
Gamoneda comenzó a recibir instrucción gratuita en un colegio religioso, hasta los 12 años, y tras un brevísimo y limitado aprendizaje académico, trabajó como recadero de una oficina bancaria de 1945 a 1969 mientras ocurría una progresiva toma de conciencia, amargada por la desaparición física de muchos de sus amigos vinculados a la resistencia antifranquista.
En ese duro pero prolífico período, ubican sus estudiosos el surgimiento de sus primeros libros de poemas: La tierra y los labios (1947-1953); Sublevación inmóvil (1953-1959) publicado en 1960; Exentos I (1959-1960); Blues castellano (1961-1966), obra no publicada por motivos de censura hasta 1982 y Exentos II (Pasión de la mirada) (1963-1970), publicada en 1979.
A esa primera etapa siguió un silencio poético de 8 años, marcados por la muerte del dictador Francisco Franco, tras la que apareció Descripción de la mentira (1977), largo poema que marca un giro hacia su total madurez poética, entregando posteriormente Lápidas (1987) y Edad, volumen que recoge toda su poesía hasta 1987, y que le valió el Premio Nacional de Literatura de su país. Arden las pérdidas (2003) culmina su madurez y el afianzamiento de su visión desencantada, habiendo publicado recientemente Cecilia (2004) y Esta luz: poesía reunida (1947-2004).
En 2006 recibió el Premio Reina Sofía y meses después el Premio Cervantes, de manos del rey Juan Carlos I. El Ayuntamiento de León anunció que entregará a Gamoneda el nombramiento de “Hijo adoptivo de la ciudad” en una ceremonia que se celebrará el 22 de enero de 2008, y la Diputación de León le concederá la Medalla de Oro de la Provincia el Día de la Constitución.
Resulta llamativo señalar que Antonio Gamoneda es el primer receptor del Premio Cervantes que participa, ya con esa calidad, en alguna de las ediciones de los Coloquios Cervantinos, pues tanto el mexicano Sergio Pitol como el español José Hierro, también merecedores del “Nobel de la lengua española”, participaron en la cita guanajuatense precisamente el año en que respectivamente lo recibirían, meses antes de ser notificados. Hierro participó en los coloquios I (1987) y X (1998), en tanto que Pitol asistió a la XVI edición (2006).
En circunstancias diferentes, otros dos merecedores del Premio Cervantes —el argentino Ernesto Sabato y el mexicano Carlos Fuentes, ganadores en 1984 y 1987— han participado en los coloquios guanajuatenses, el primero en la décima edición, mediante una ponencia leída en su nombre al no haber podido viajar desde Buenos Aires por razones de salud, y Carlos Fuentes al serle atribuida en el XII Coloquio (2000) la Presea Cervantina, recibida en su nombre por Eulalio Ferrer.
En el XVIII Coloquio Cervantino Internacional, el poeta Antonio Gamoneda dictó la conferencia magistral “La pobreza y la obra de Cervantes” en el Teatro Juárez, justamente el día en que se celebró el XX Aniversario del Museo Iconográfico del Quijote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario